NOBOA SUGERIRá A LóPEZ OBRADOR UNA COMIDA DE TACOS Y CEVICHE PARA DISCUTIR TENSIóN
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha estado en el centro de una controversia internacional tras ordenar el asalto a la embajada de México en Quito, una medida que ha agudizado las tensiones diplomáticas entre Ecuador y México.
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En una entrevista reciente con el canal australiano SBS, Noboa defendió su decisión, que ha sido ampliamente criticada, alegando la necesidad de actuar frente a un presunto plan de fuga del asilado Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador durante la administración de Rafael Correa.
Glas, quien había recibido asilo político horas antes por parte del gobierno mexicano encabezado por Andrés Manuel López Obrador, se encuentra en el centro del conflicto.
Según Noboa, el asilo otorgado a Glas representa una violación de las convenciones internacionales, argumentando que México actuó primero en contravención de estas normas.
“No me arrepiento de la decisión tomada; fue complicada, pero necesaria”, sostuvo Noboa, haciendo referencia a la Convención de Caracas sobre asilo, que prohíbe concederlo a personas procesadas por delitos comunes.
¿Cómo busca Noboa calmar la tensión entre México y Ecuador?
En un esfuerzo por mitigar la crisis diplomática, el presidente Noboa ha propuesto un enfoque poco convencional: una reunión con López Obrador centrada en la gastronomía regional.
“Invitaré a López Obrador a comer ceviche y tacos y a dialogar sobre estas cuestiones”, comentó Noboa, sugiriendo que la diplomacia podría reforzarse a través de un entorno más informal y cordial.
Esta propuesta busca abrir un canal de diálogo directo para discutir y posiblemente resolver las tensiones actuales de una manera que refleje un respeto mutuo por las culturas y tradiciones culinarias de ambos países.
¿Cuál es la situación de Ecuador en estos momentos?
Mientras tanto, en Ecuador, la situación interna se complica con protestas en contra de la política de seguridad del presidente Noboa, quien ha declarado un “conflicto armado interno” contra lo que él denomina “bandas terroristas” relacionadas con el crimen organizado.
Este anuncio ha llevado a una ola de protestas por parte de más de 150 docentes de diversas universidades de Ecuador, así como de América Latina, Estados Unidos y Europa, quienes se han congregado frente al Ministerio de Educación en Quito.
Los manifestantes critican lo que consideran una “militarización” de Ecuador, argumentando que las políticas adoptadas son represivas y podrían fomentar el racismo. Estas protestas reflejan una creciente preocupación por la erosión de las libertades civiles y la estabilidad política en el país, en un contexto ya tenso por la crisis diplomática con México.