NO ES CUALQUIER PAíS

Las horas más calientes se viven en Venezuela en vistas de las elecciones presidenciales de mañana, cuando Nicolás Maduro se someta a elecciones frente a la oposición venezolana unida bajo la figura de Edmundo González Urrutia. González no es el candidato ideal, pero sí el candidato posible, debido a que la principal figura de la oposición, María Corina Machado, quien ganó la primaria opositora con el 90% de los votos en octubre de 2023, fue inhabilitada. En ese momento el régimen de Maduro la acusó de participar de un complot contra el presidente, algo que nunca fue probado. Con Machado inhabilitada, la oposición buscó postular a María Corina Yoris, pero por una falla en el sistema tampoco pudo inscribirse. Así, tras negociaciones por parte de opositores dialoguistas con el gobierno, la oposición pudo postular a Edmundo González Urrutia, un internacionalista y diplomático de carrera.

Es sabido que la situación económica, social, política de Venezuela y hasta personal de Maduro es compleja. En primera instancia, las denuncias que tiene en su contra, entre las que se encuentran delitos de lesa humanidad y narcoterrorismo, imposibilitan su libre tránsito por el mundo. Esta circunstancia hace pensar en lo difícil que es para él dejar el poder en el caso de perder. Pero a pesar de que el costo de salida del presidente es altísimo, las encuestas marcan una ventaja de 30 puntos de González Urrutia sobre el mandatario caraqueño.

Con esto en cuenta se sospecha cualquier tipo de escenario para el domingo electoral. Maduro es capaz de realizar cualquier maniobra para alterar la elección y su resultado. Algunas estrategias ya las empezó a hacer: una de ellas es usar los CLAP, los controvertidos Comités Locales de Abastecimiento y Producción que dan cajas de alimentos a personas vulnerables. Otra maniobra fue no dejar votar a la mayoría de los venezolanos que viven en el exterior. De más de 6 millones de venezolanos que viven fuera del país y que podrían estar habilitados para votar, solamente lo van a poder hacer menos de 70 mil. En las últimas horas hasta amenazó con un “baño de sangre o una guerra civil” si pierde.

Y un panorama más desconcertante se podría dar el mañana si va perdiendo: algunos dicen que podría inhabilitar a la oposición, cancelar las elecciones o impedir que ciertos votantes lleguen a votar. Pero en los últimos días cobró fuerza la idea de que Maduro podría alegar fraude o provocar un apagón si Edmundo González gana.

Pero además, si finalmente llegara a perder la elección, se abre un panorama igual de incierto y es el período de la transición, que puede durar seis meses. En ese caso, Venezuela estaría frente a un período de negociación muy intenso en el que Maduro podría pedir su amnistía como condición para dejar el poder.

Como sabemos, Venezuela no es cualquier país, y Maduro tiene todas las instituciones, como el tribunal electoral, el poder judicial, los medios de comunicación, las fuerzas de choque y hasta grupos del crimen organizado, a su disposición. Por eso, ¿realmente Maduro puede perder? ¿Qué podemos esperar de las elecciones de mañana? Y si Nicolás Maduro fuera derrotado en las urnas, ¿esto significa que va a dejar el poder? La situación es tan simple como compleja: Edmundo González puede perder aun ganando.

* Licenciado en Relaciones Internacionales (UCA) y co-host del podcast El Cafecito Latinoamericano en Spotify y en YouTube.

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