VALENTI FUE MUY DURO Y SE CUESTIONó HACIA DóNDE VA EL PARTIDO COMUNISTA: "LA UNIDAD NO SE DEFIENDE CON EL SILENCIO CóMPLICE"

Esteban Valenti desarrolló para UYPress una columna en la cual fustiga el rumbo del Partido Comunista, tanto en el plebiscito del PIT-CNT sobre la seguridad social como en la no aprobación del referéndum para que los funcionarios municipales entren por concurso. Aquí su columna de opinión.

¿Hacia dónde va este Partido Comunista?

Este tema tiene que ver colateralmente con las candidaturas a la Presidencia en el Frente Amplio, aunque resulte difícil entenderlo es algo mucho más importante y realmente estratégico. Tiene que ver con el destino de la izquierda en el Uruguay, por lo tanto del Frente Amplio y del país.

No es ningún secreto que he tenido debates y diferencias con posiciones del actual Partido Comunista y que desde que me fui en el año 1991, traté con mucho esfuerzo de no mezclar los ataques personales, las acusaciones falsas que el tiempo se ocupó de desmentir, incluyendo las minas de diamantes y otras sandeces, con mis opiniones políticas e ideológicas.

Ni siquiera cuando los ataques eran dirigidos a compañeros de lucha que considero que son parte de la mejor historia de la resistencia contra la dictadura en Uruguay y de la izquierda, como Jaime Pérez. Me moví con extrema moderación y no me arrepiento. Voy a tratar de utilizar el razonamiento, el análisis, aunque tengo una tremenda bronca acumulada. Cuando se pone acción tras acción en juego, en peligro la victoria de la izquierda y mantener este gobierno de derecha y lleno de degradaciones institucionales, a partir del 2025, mantener el equilibrio es muy difícil. Y callarse es muy cómodo y cobarde.

     
 

Cada uno tiene su propia interpretación sobre las razones del nacimiento y el mantenimiento y fortalecimiento del Frente Amplio, y es natural y obvio, pero no hay dudas que la unidad de la clase obrera en la CNT, la experiencia del Congreso del Pueblo y luego la generosidad, el profundo sentido patriótico de todas las fuerzas políticas fundadoras, y las personalidades, en primer lugar Liber Seregni, fueron innegables. En el caso del Partido Comunista su estrategia de la acumulación de fuerzas, requería un ingrediente fundamental: el apego a la democracia, el respeto de las instituciones republicanas (aunque a veces escribiéramos textos polémicos sobre estos temas) y, el otro elemento fundamental fue la generosidad como elemento unitario. Y eso fue un gran salto que tuvo su culminación, en toda la lucha contra la dictadura y la salida a la democracia. Salimos mucho más democráticos que antes y con una conciencia más clara de los sacrificios que implicaba el Frente Amplio. Y que los sacrificios unitarios dan resultados.

La definición de Rodney Arismendi de Uruguayos, Frenteamplistas y Comunistas, en ese orden, era un cambio muy importante, un salto de calidad en el proceso nacional y unitario del PCU. El problema fundamental de la revolución uruguaya ya no era la fortaleza del Partido Comunista. Y no solo lo dijimos lo practicamos hasta las últimas consecuencias.

Tabaré Vázquez candidato a intendente de Montevideo en 1989, cuando el PCU tenía la mayoría absoluta de los votos de las bases -y se había ido del FA el Nuevo Espacio -, casi la mitad del electorado de 1984, fue una muestra de ese profundo sentido estratégico de la unidad, sus costos y sus equilibrios. Y lo hicimos.

En esa misma elección, en que la 1001 obtuvo casi el 50% de los votos de todo el FA, en la lista al Senado el 1er lugar lo ocupaba Danilo Astori y el 2do. Germán Araujo y recién en el 3er lugar aparecía Jaime Pérez y en el 4to lugar Rodney Arismendi -y con la seguridad que todos esos cargos los pagaba la 1001-, fue otra muestra de una generosidad que no tenía nada de sonsa, como algunos incluso dentro del PCU criticaron ("dadores de sangre"), sino una muestra del valor extremo de la unidad. Y los resultados lo demostraron con la votación extraordinaria del FA, la conquista de la Intendencia de Montevideo y los 200 mil votos de la 1001.

Éramos seregnistas por definición estratégica, el voto en blanco en 1982 es un claro ejemplo, ESTE PCU es todo lo contrario, incluso llega a vetar con una minoría el apoyo que en el parlamento se había dado a la ley contra la entrada a dedo en las intendencias.

Las actitudes unitarias del PCU además, fueron una gran enseñanza, un aporte a nuestra propia identidad y de toda la izquierda uruguaya. Luego vino la crisis de los años 90 en el PCU.

Cambios totales de los cuadros dirigentes, de la línea política, aunque el PCU con un núcleo mucho más chico siguió siendo un factor fundamental en las organizaciones sindicales y en la militancia y el esfuerzo en el Frente Amplio. Pero no igual que antes, cuando el PCU tenía mayorías abrumadoras en el movimiento sindical y no las hacía pesar. Una vez nos equivocamos, en el primer congreso del PIT CNT en democracia, y luego echamos todo para atrás.

Ahora estamos en un nuevo momento, muy diferente, cualitativamente diferente. No es una casualidad, yo que soy un lector constante de las publicaciones políticas y también del PCU, puedo afirmar que la pobreza ideológica, la falta de elaboración notoria sobre temas fundamentales, es un tobogán hacia cualquier lado. Y no se resuelve con oratorias combativas y brillantes. No hay ninguna base teórica y todo el edificio se sostiene en la nostalgia difusa del pasado, un núcleo sólido de militantes-militantes, y de los vacíos teóricos-políticos generales de la izquierda en el mundo y en Uruguay. Digan un solo texto medianamente serio y profundo de base teórica o ideológica del actual PCU.

Lo que me produce reacciones contradictorias, porque la militancia es fundamental para cambiar en serio el país, la sociedad y a nosotros mismos.

Las debilidades de la lucha contra el capitalismo tratan de suplantarse con la suma de reivindicaciones por los derechos humanos, por los feminismos extremos y confusos y por la militancia sindical, que incluso llevó a que un legislador del PCU, renunciara a su banca para volver a su sindicato, son una pobre síntesis de este cambio que está llegando a situaciones extremas.

Hay plebiscito contra la PÉSIMA ley de jubilaciones del actual gobierno multicolor, por el peso del PCU, en la estructura sindical y en la recolección de firmas. Y es un grave error, que ya está impactando en la campaña electoral y que irá creciendo, porque es una peligrosísima reforma constitucional que compromete todo: poder cambiar a fondo la ley actual, toda la futura política social y económica y previsional de un gobierno de izquierda, y en definitiva empeorará la situación de amplios sectores sociales y de los jubilados y pensionistas, porque son mejoras vacías, solo basadas en el déficit fiscal exponencial y en su inscripción en la Constitución.  En un país a la deriva, comprometido en los cambios de fondo, no hay soluciones para los jubilados, aunque se jubilen a los 60 años, ni que hablar para los bancarios que ven anular su ley y para los sectores sociales más vulnerables. No hablemos de la mejora del salario mínimo, totalmente bloqueado, en incluso una constate aumento de los salarios, encadenados al déficit fiscal del BPS.

A lo que se debe agregar la catarata interminable de juicios contra el estado de los ahorristas de las AFAPS y que el Estado perderá inexorablemente y en cadena.

Ese plebiscito, su redacción, su base ideológica y estructural es de los sectores ultras, políticos y sindicales, que la vienen promoviendo desde hace muchos años. Ellos festejan junto a los multicolores por este grave error. Que buena parte de la izquierda soporta en un silencio injustificable.

¿Todo eso solo por una reforma de las jubilaciones? No, lo que está en juego es desde antes de un posible gobierno del FA, avanzar en el GOBIERNO EN DISPUTA, comprometiendo todo su programa e incluso las alianzas y el papel del bloque político y social como elemento clave de un gobierno progresista.

El plebiscito es un aporte invalorable a que perdamos las elecciones en el mes de junio y octubre. Que el actual presidente de la República y todo el actual gobierno festejan sin siquiera camuflarlo.

Segundo elemento en la misma línea, porque de eso se trata de una línea, de anteponer los objetivos particulares, a los generales de toda la izquierda, del FA. Votaron en minoría y lograron bloquear el apoyo al plebiscito a favor de la entrada por concurso y no a DEDO, en forma corrupta, de los funcionarios en las intendencias. Una mancha institucional muy grave que la izquierda denuncia desde hace décadas. Las razones que argumentaron son ridículas.

Dirigentes blancos (Botana) calificaron de "sensata" la posición del FA, es decir del Partido Comunista y las bases que lo apoyaron. Con eso alcanzaría...

Los colorados que apoyaron la reforma, Cabildo Abierto y los ciudadanos sin partido que quieren un estado más limpio y más justicia en el acceso a los cargos públicos nos van a tomar por el cuello, mientras los blancos festejan. Y argumentar que luego de haber votado en el parlamento la reforma, no se podía resolver en 15 días, es una argumentación para estúpidos, o la otra peor aún, que el plebiscito favorecía al sector de Ciudadanos en las elecciones internas, son indefendibles.

El FA encomendó una encuesta especial sobre ese tema y la mayoría de los uruguayos votarían a favor de esa reforma. Y por minoría -increíble- el FA resuelve no adherir.

No es solo un problema de moralidad y transparencia política, era terminar con el principal instrumento corrupto por el cual los blancos disputan y ganan la mayoría de las intendencias del Interior. Un sistema aceitado y probado.

Utilizando una interpretación de los estatutos del FA totalmente antojadiza, porque si la moción hubiera sido apoyar lo actuado en el parlamento por la bancada del FA votando ese plebiscito y por lo tanto adherir con las firmas de los legisladores a la propuesta de reforma sobre el mismo tema, hubiera sido necesaria una mayoría especial para bloquear esa resolución, dos tercios y por lo tanto los 15 votos (la mayoría) hubiera sido totalmente suficientes. Se invirtió la norma. Indefendible.

Pero fuera de esta barbaridad estatutaria, lo que hay es que el Partido Comunista acompañado del Nuevo Espacio y la mitad de las bases bloquearon la resolución, y nos hicieron bajar otro escalón en la batalla política electoral fundamental y estratégica.

¿Causalidad, burrada, inexperiencia? No, dos cosas de este tipo sumadas, por más que se grite por la unidad a todo pulmón, nadie puede desconocer que es una línea política, totalmente diferente en su identidad y su esencia a la del Partido Comunista anterior, al de 1955 en adelante.

Es más importante imponer los objetivos del PCU aliado con los ultras contra la mayoría del Frente Amplio o renunciar a una batalla histórica contra el acomodo, y darles un instrumento fundamental a los blancos para ganar las elecciones municipales históricamente. Y además afectar negativamente la campaña electoral hacia junio, octubre y noviembre.

Cuando una línea política, que es la suma de hechos de gran impacto e importancia, no se explica, no se fundamenta en los discursos ni en las publicaciones y se miente descaradamente para sostenerla. No es una línea de izquierda y atenta contra la unidad, contra las bases de la unidad.

La unidad no se defiende con el silencio cómplice. Es incómodo, algunos pensarán que lo mejor es callarse, pero en otros tiempos vaya si lo hubieran discutido y opinado contra el PCU, ahora cambiaron los aires, los cojones y los ovarios y la responsabilidad ante el pueblo y en especial el pueblo frenteamplista. Todo quiere dirimirse dentro del palacio.

En el 2017 en adelante nadie quiso decir que íbamos a perder las elecciones en el 2019, era un pecado mortal analizar los errores, antes de que nos hundieran. Y nos hundieron y los responsables no fuimos los que lo advertimos y nos jugamos, porque veíamos a la izquierda perder su propia identidad. Ahora es más grave, mucho más grave. ¿La unidad del FA soporta una nueva derrota?

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